Una estupenda árabe con un cuerpo joven y firme está con dos tÃos en un piso parisino. Después de haber cortado su jellaba, uno de los tÃos quita sus galas de oro para poder lamer su coño. Una vez calentada, no hay manera de regresar: ella coge las dos pollas en su boca y consigue su coño y culo bien jodido. Una buena doble penetración y un 69 acrobático son suficientes para calmarla.
La señora Jennings es una buena ama de casa pero esta mañana olvidó preparar el desayuno de su marido. En un santiamén, la señora se encuentra con las nalgas pegadas hasta llorar de dolor. Pero su castigo no acabó: es necesario pegar su coño con una cuchara de leña, un cepillo de pelo y un viejo cinturón de cuero para que por fin ella reconozca que se ha equivocado y regrese a la cocina a preparar el desayuno como una buena esposa.
Donde hay mucho amor hay mucho sufrimiento y esto las mujeres lo saben muy bien. Cuando entra la señora de la casa, la esclava sabe que sufrirá pero no se queja, al contrario le gusta. La esclava obedece todas las órdenes de su señora. La dueña es muy contenta. Coge un látigo y somete la pobre esclava a todo tipo de torturas, más o menos crueles. Todo en una escena que endurecerá seguramente tu pene. ¡No te lo pierdas!
La recién llegada acaba de conocer su señora. La pobre chica, asà como se le ha ordenado, empieza lamer las botas de su señora, luego quita su corpiño y consigue sus manos atadas de una jaula. La señora apreté con sus tacones los senos de la chica no antes de pinchar sus pezones con crueldad. Una tercera mujer entra y se une a la señora. La rubia acaba apiñada en la jaula y las otras dos salen del cuarto.
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