Miguel y Eric son aprendices en un gran restaurante. Domingo es dÃa de permiso y aprovechan del buen tiempo para hacer una barbacoa en la terraza. El fuego prende pero nuestros dos amigos, tan bueno el uno como el otro, empiezan a discutir. Miguel es un verdadero mediterráneo, no puede comer parrilladas sin aceite de oliva mientras que Eric, le gusta la carne adobada en limón. Los dos tÃos alzan el tono hasta realizar el ridÃculo d la situación y se ponen a reÃr. Para terminar las hostilidades, deciden achucharse cariñosamente. Porque nuestros dos mozos de la cocina son también unos chefs del polvo. Miguel besa fogosamente Eric que le amasa los cojones con golosina. Se tira al asalto de esta polla vigorosa, caliente y perfumado. Empieza una mamada magistral, lamiendole los cojones sensualmente, el glande hasta el fondo de la garganta. Eric esta en el séptimo cielo y decide tomar su amigo por detrás. Nuestros dos amantes follan como locos en la terraza, ante los ojos de los pasantes subyugados por esta follada bien dura.
Un hombre pasea a su sumiso en correa. Con tal de enseñarle los buenos modales y hacerse mamar su polla por mucho tiempo. Luego, para prepararlo, le lame el culo. Viendo como el otro aparta sus nalgas, el sabe lo que le espera y lo toma con un placer anticipado. Luego, el sumisp de deja tomar el ano profundamente... Tan bien que se corre sin tocarse practicamente, repartiendo su esperma cremosa en su vientre. Para terminar, el que acaba de penetrarlo viene para correrse en la boca.
¡Sebastian tiene un grave problema con la autoridad militar! El recluta se niega en hacer su faena. Loco de rabia, el sargento lo lleva en los bosques cerca del campamento, y le obliga en hacerle unas series de mamadas completamente en pelotas. Aunque sea humillado y cansado, Seb empieza en empalmarse y esto no se le escapa al sargento que le encanta las pollas bien tensas. Termina por ordenarle de ponerse a lo perrito y de apartar sus nalgas. El recluta, febril, cumple la orden. Una descarga eléctrica de placer le recorra la columna cuando la lengua de su jefe le acaricia el ano. Una vez el agujerito bien preparado, le introduce su polla enorme hasta los cojones. Sebastian no puede retener el orgasmo, poseÃdo por la polla deliciosa que le llena las entrañas. Este polvo viril y tórrido se terminara por una corrida de esperma caliente hasta el fondo de la garganta de nuestro soldadito. ¡A veces obedecer es bueno!
Nadir es un pura sangre bien caliente. El equipo de fútbol de su barrio se hizo humillar y no duda en insultar copiosamente a sus adversarios. Para la tercera parte, los jugadores del equipo adverso le atrapan, obligándolo a tragar sus pollas bien duras. IncreÃble, este heterosexual pura sangre del barrio, está completamente loco por los rabos XL de los deportistas. Mismo enculado sin miramientos, no suelta la polla gruesa de su boca golosa. En recompensa, se toma una ducha de leche cremosa y bien calentita... Mmmmm que bueno!
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