Sophia Lomeli una madura con grandes tetas y una que pace coños invitó a su amiga Charlie Laine para pasar el dÃa en su gran villa. Como aperitivo, degustación de un vino blanco y lamidas de tetas antes de recibir un violonchelo experto en música con los ojos vendados. En la habitación, Sophia se pone ropa interior sexy y empieza a rozar el coño de su invitada que gotea de deseo. Entonces nuestras dos se meten un doble consolador transparente en sus cajas de amor húmedas de placer. Después de que Charlie habÃa empujado un consolador de color rosa en la entrepierna madura de Sophia , esta tiene la gran idea de hundir en el chocho de su invitada un pequeño tridente que tiene el efecto de hacerla disfrutar y gotear de placer. Una vez que el juego está terminado, ellas dejan al violonchelista en la habitación y le dan las gracias por escuchar a su último concierto que ha titulado "Sonata de molde en mayor lÃnea".
Sara Simón una milf de 37 años que aparenta cincuenta tiene la entrepierna tan distendida que ella prefiere hacerse follar el agujero de bala para sentir la gran polla de sus amantes de paso. Incluso cuando se masturba, ella prefiere meterse los dedos en el culo mientras se acaricia el clÃtoris, en lugar de tratar de estimular su molde grande y caprichoso. Se ha observado que Bruno SX es consciente de las preferencias de la Milf. Poco después de su llegada, le raspa el culo sin piedad con sus dedos antes de hacerle tragar su polla gorda en la garganta. Esta cochina saborea con avidez la polla de Bruno que se la come a capa y espada ! Entonces Sara se tumba a un lado, levantando la pierna para ofrecer su milenrama a su enculador de elección. Esta zorra disfruta dejandose follar en todas las posiciones. Una vez completamente dilatada no le falta nada más que su ración diaria de esperma y eso es bueno, porque Bruno no puede más y vacÃa sus bolas en la cara de MILF adicta a las mascarillas de semen.
La escena comienza con la llegada de una guapa rubia de unos treinta años en una bodega, hablando con el cameraman. Ella le muestra su culo en pantalones ceñidos y debo decir que es el culo más hermoso que he visto en toda mi vida. Es muy redondo y tenemos ganas de hacer solo una cosa: de partile el culo sodomizándola un buen rato. Pero volveremos a esto más tarde. Mientras tanto, ella mama profundamente al tÃo, y le masturba el instrumento a tragadas profundas, como una reina. Ella va hasta el fondo y ahora es su turno de recibir el tratamiento adecuado. Asà que, el tÃo le penetrará el coño con los dedos, haciéndola correr y mojarse y luego la folla en la cama como una perra. A ella le encanta esto, y lo dice mirando a la cámara. Luego, el quiere encularla y nuestra guapa rubia acepta y le pide hacerlo lentamente, por lo demás, ella está de acuerdo con él. Ella es tan golosa que se meterá un consolador en el culo mientras que el tÃo le follará el coño profundamente. El último acto y el final de esta escena será la corrida ruidosa de esperma sobre la cara de la guapa, dejándola chorreando un poco a lo largo de su barbilla, muy contenta de haber follando un tÃo con un obús tan grande.
Para esta rubia madura con tetas grandes, casada con un hombre de negocios que tiene la cuenta bancaria muy llena , la vida no es siempre viento en popa. Su filántropo marido nunca está disponible para cuidar a su esposa. Asà que en esos momentos en los que necesita estirar el albaricoque, no dude en llamar a un servicio de acompañante masculino con la tarjeta de crédito de su marido. Cuando la rubia MILF atiende con satisfacción el gigoló, que la descubre vestida como una puta profesional, el tipo comprende que ni siquiera tiene que empezar la discusión. La mujer mal follada lo lleva directamente a su habitación y el acompañante masculino empieza a lamer su coño en la perforación del clÃtoris. Ella le devuelve el favor al tragar su polla con deleite. A continuación, una buena limpieza de su coño a cuatro patas, boca arriba y sentada a horcajadas, el gigoló no duda en vaciar sus cojones en su rostro maduro de bimbo que finalmente vuelve a sonreÃr.
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