La escena empieza en una habitación adonde una rubia está mamando a un tÃo de cabellos largos mientras que un viejo le está masturbando el coño sobándola un poco. Los dos vigorosos llegaron para follarle el coño y el culo a esta zorra desvergonzada, que parece no tener ningún lÃmite. Tanto mejor, dando que ella ya no sabe aún que se lo va a pasar. La guapa madurita se ve follada por dos tÃos que le estallarán los orificios haciéndola gritar de placer. Pero, como toda cosa buena tiene su fin, los dos no aguantan más y deben correrse sobre su boquita. Al final, para limpiarla por todo este esperma espeso que corrÃa por su barbilla, los dos tÃos se mearán encima de ella, haciéndola gotear de orina y sin embargo, bien satisfecha.
Dos tÃos de unos treinta años llegan de visita a una amiga. Pero cuando llegarán y tocarán a la puerta les abrirá la señora de la limpieza, una gorda. Los dos están sorprendidos pero entrarán de todos modos diciéndole que quieren hablar con la dueña de la casa. Pero como respuesta, la gran guarra los besa proponiéndole un polvo para pasar el rato. Dicho y hecho, los tres se encuentran en el suelo, con ella a punto de mamarlos, endureciéndoles las pollas. Luego se hará encular por los vigosoros, cuando, de repente, llega la dueña sorprendiéndolos. ¿Qué hace? Naturalmente se unirá con ellos para el placer de todos. Luego seguirá una súper follada anal con estas dos zorras. Al final tomarán todo su esperma regresando cada una a sus propias ocupaciones.
Una mujer de limpieza de unos cincuenta años llega a su dueña para limpiar un poco. Se quita la bata y podemos ver un par de tetas enormes y un culo grande. Entrando en la habitación ve unos consoladores y unas bragas en la cama. Ella se asombra preguntándose por qué la lencerÃa está llena de esperma y se encuentra allÃ. Pero todo esto la excita y ella se acuesta en la cama para divertirse un poco. Se quita el resto de la ropa y lame las bragas para pasarlas luego sobre su coño peludo. Luego se forrará un enorme consolador antes de seguir con su jueguito placentero solitario. Pero la dueña regresa y después de unos intercambios gozarán juntas, aprovechando de la situación como unas viejas zorras que son.
Un tÃo regresa del trabajo buscando a su mujer. Ella estaba en la cocina lavando los platos. Lleva una minifalda sin bragas, una verdadera zorra. El marido llega y se sienta en una silla para recibir la bienvenida de su mujer. La guapa se arrodilla y le mama la polla. Una vez el palo bien rÃgido el tÃo la pondrá encima de la mesa para follarle el coño salvajemente. La guapa rubia, un poco madurita, pero aún con un cuerpo de diosa, se verá follada a seco por la enorme polla de su marido. El tÃo la folla por varios minutos, pero no puede abstenerse más y debe correrse. Verterá todo su esperma sobre las enormes tetas de la mujer esparciéndoselo sobre sus pezones.
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