Sola en una playa al final del mundo, una jovencita se entrega a uno de los placeres más antiguos del mundo. Se entrega a los juegos cachondos del agua sobre su piel, ofreciendo sus curvas dulces y juveniles a las caricias de las olas y del arena. Calentada por el sol, su piel ardiendo recibe la frescura estirándose, dándole un placer estremecedor todavÃa desconocido...
Llegada por amor hace años en la metrópoli, Anaïs todavÃa tiene aún consigo la nostalgia del sol y de las tardes locas en la playa, pasadas bailando por horas y horas . Pasea en los campos, la soñadora, y se siente llevada por la alegrÃa antigua y se echa a bailar, lentamente quitando las barreras de la ropa entre su piel y el sol. Aunque el decorado sea muy diferente a lo que estaba acostumbrada, Anaïs ondula y menea sus curvas generosas hasta haber saciado su necesidad de libertad.
Para celebrar su bachilerato y sus 18 años, Laura ha recibido un maravilloso regalo: un coche nuevo. Loca de alegrÃa, lleva a su amiga a dar un paseo en el campo con su pequeño bólido. Hace buen tiempo, el coche es descapotado, embriagadas por el hermoso dÃa de verano,las dos guapas se dejan ir a explicar tactilmente su afección mutua... También las dos guapas, las chicas se rozan y se desvisten, gozando a la vez del placer de estar juntas y de la hermosura de sus curvas. Después del placer de los ojos y de las manos, viene el placer gustativo generado por el sabor azucarado de su intimidades...
¡Esta guapa mujer, elegida por los Estados Unidos, cumplirá su contrato al máximo! Este consiste en excitar muchÃsimas personas usando todos los medios posibles. La señorita en conjunto de fútbol, con su pelota, entendió muy bien la idea e inmediatamente se masturbará sensualmente y por todas partes, siguiendo un striptease muy excitante. Dotada con un enorme par de tetas, la tarea es muy simple. Queriendo gozar también, ella superará todos los lÃmites de espera, tomando su pelota como si fuese su compañero, desnuda...
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