Para un fontanero, no hay nada más natural que saber todo acerca de la plomerÃa. La única diferencia es que éste fontanero está menos interesado en la plomerÃa de su fregadero que en la que está en sus calzoncillos. Y eso, los dos clientes que lo miran como si fuera un regalo lo han entendido inmediatamente. Un juego de miradas con este técnico en calzoncillos y aquà está de rodillas, con una polla en la boca. Mientras disfruta como un loco, su segundo cliente le entrega su cola para hacerlo gozar más. El fontanero se encarga de las dos pollas como un lÃder, y el merece una pequeña recompensa ! Los dos tÃos entonces lo llevan a la cocina y empiezan a follarle el culo por turnos. Nuestro pequeño fontanero es relegado a la etapa de bolas vacÃas, pero a él le encanta esto, el cabrón ! Si, además, por último, le cubren la cara de semen, es el hombre más feliz del mundo !
